Me
ha llegado información por diferentes medios, inclusive vivencial, de lo que en
mercadotecnia se conoce como “Branding emocional”. Este tema a bombardeado mi
cabeza con muchas ideas, ya que desde el punto de vista de la empresa me parece
un tema de estrategia fascinante, pero desde el punto de vista personal, es un
tanto impactante hacer conciencia de la
cantidad mensajes a los que estamos expuestos,
y la enorme influencia que tienen en nuestras necesidades y deseos. Por lo anterior, lo que
hoy te quiero compartir a través de este Blog, es una breve reflexión sobre la
importancia de “SER”, no de aparentar, no de tener o hacer para “SER”, sino del
valor y la invaluable libertad que nos da el “Ser auténticos”.
Para
introducirte al tema del Branding Emocional, te comento que como su nombre lo
dice, se trata de las emociones que los productos o servicios nos hacen sentir
a través de nuestros cinco sentidos, creando “una experiencia” a través de su forma, su color, su textura,
su sabor, su olor. Esta experiencia generará una conexión, que no nos permitirá
sucumbir ante la seducción de la competencia, siempre y cuando las emociones
que nos ofrezcan sean de un nivel superior.
Un
ejemplo cotidiano y conocido por todos, respecto a este tipo de Marketing es Starbucks.
Compras un café aproximadamente 3 veces más costoso que el promedio general,
porque no solo estás comprando una bebida, estas pagando por el olor a café recién
tostado, el lugar, el momento, la
experiencia, e inclusive por un sentido de pertenencia a la comunidad que
también lo consume.
En
otro ejemplo, te platico una experiencia reciente: En uno de esos domingos en
los que se te pasa el horario de la comida y estas buscando opciones a eso de
las 6 de la tarde, fuimos a una plaza en la que se ubica un restaurante que recrea
una fuente de sodas de los años 60, no quiero mencionar nombres específicos porque
en mi muy personal punto de vista, la comida es insípida, y cara, bueno no
generalizaré, las hamburguesas son muy malas. El tiempo de espera para poder
entrar era de una hora para conseguir mesa y por desesperación y porque el propósito
al final era alimentarnos, se nos hizo fácil pedir la comida para llevar y
perdernos la “experiencia” del mobiliario, la música, los meseros de cofia, los
posters retro, etc. Y como ya te había adelantado el resultado fue terrible; ya
que pagamos tres veces más de lo que hubiéramos pagado por un Mc Trío (Medida
internacional de conversión de la moneda por cierto), sin la satisfacción de
haber comido algo rico, digamos que lo mejor de esta “experiencia”, es el
material que obtuve para este Blog.
Se
dice que desde la aplicación del Branding emocional, ya no se compran productos,
se compran experiencias y algunos más atrevidos dicen que se adquieren estilos
de vida. La verdad es que no creo que ingerir los alimentos dentro del
lugar le hubiera agregado una mejor calidad al pan o a la carne de mi hamburguesa,
ni que le hubiera cambiado la consistencia o el sabor de mis papas. No hay
queja de las bebidas, son deliciosas por cierto, tal vez el único motivo para
regresar a dicho lugar, pero no esperaría una hora para que me asignaran mesa,
y me pregunto ¿Por qué los demás si? ¿Es que también era su primera vez? ¿Es
que no han tenido oportunidad de conocer y disfrutar del sabor de una deliciosa
hamburguesa? ¿Qué sea un lugar de moda, que sea un lugar semi exclusivo por las
pocas sucursales que existen en el país, me valdrían sacrificar mi paladar y mi
bolsillo por estar ahí? Yo creo que no.
Así que me tengo que referir
al lado obscuro del Branding emocional, ya que no cubre necesidades, las
experiencias se diseñan para satisfacer deseos. Y respeto y admiro a quienes
son capaces de crearnos estos deseos, pero les confieso que me da miedo su
poder de persuasión, sobre todo porque cuando se refieren a estilos de vida, nos
venden, comportamientos e idiosincrasias, maniobrando con respuestas a preguntas
importantes para nosotros: ¿Quién creo
que soy? ¿Con quién me identifico? Y en relación al tema ¿Qué características comparto con quienes
consumen ciertos productos?
Se
dice que la mercadotecnia no discrimina, segmenta… y así esta segmentación nos
clasificó en grupos basados en criterios relativos a 1) Las
características del consumidor (geográficas,
demográficas, socioeconómicas, etc.), 2) Al comportamiento de compra y consumo (marcas, lugar y frecuencia
de compra, etc.) y 3) A criterios
relativos a beneficios buscados (prestigio, lujo, estilo, etc.). Esta
información es esencial para diseñar las estrategias de comunicación y ventas de
las empresas, ¿A quién le voy a vender y como me voy a comunicar con mi
comprador?
¿Te
has topado con la publicidad de un nuevo servicio de cupones de descuento segmentados por grupos de interés llamado
Q-Trend? Una manera sencilla de descubrir a que segmento del mercado
representas, es situarte en uno de sus llamativos dibujos, encontrarás entre
otros: Kidults, Adultences, Hipsters, Singles… y ¿Mirreyes? Dícese de hombres
de 20 años en adelante, que tienen dinero, les gusta llamar la atención y ser
reconocidos por sus excesos. Prefieren las marcas que les dan un estatus
social. Son fiesteros y acuden a antros exclusivos. Viajan con frecuencia y
suben fotos de sus aventuras a sus redes sociales. Compran ropa de moda,
bebidas alcohólicas y artículos de lujo como yates y joyería. Invierten en su
estética y cuidado personal.
Soy
una ferviente amante de la libertad y de que cada quien haga, diga y “compre” lo que le haga sentir mejor, pero en
base a sus gustos y no en la imagen que proyectarás a los demás. Así que cierro
con esta frase.
“Sé tú mismo y nunca dejes de serlo”
(Hugh
Laurie, campaña publicitaria Vita Lift 5 de Men Expert)
¿Conoces el comercial?, es simplemente
genial.
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