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Guía de supervivencia ante la asignación de tareas indeseadas ("La agonía y el éxtasis")



¿Alguna vez has pasado por esto? Que te asignen una tarea que no te atrae, que te hace sentir incomodo, en la que no tienes ninguna experiencia, una tarea que inclusive sientes que te aleja de tus objetivos personales.

Seguro, ninguno de nosotros ha estado exento de recibir una tarea indeseada. Ni siquiera el extraordinario Miguel Ángel Buonarroti, quien inclusive llego a ser perseguido para que  finalizará el trabajo que le había sido encomendado: Embellecer la bóveda de la Capilla Sixtina, CON PINTURAS

¿No crees qué podemos aprender mucho de cómo una tarea indeseable, se convierte en la obra maestra de un escultor que no quería pintar? Yo creo que sí, y te lo comparto.

-  Corría el año de 1505, cuando Miguel Ángel fue llamado a Roma, por el  Papa Julio II para proponerle la construcción de su sepultura papal. Cabe destacar, que para este año Miguel Ángel contaba ya entre sus obras escultóricas, con 3 de sus obras más famosas y representativas “La Batalla de los Centauros” (1492), “La Piedad” (1500) y “El David” (1504). Miguel Ángel era ya reconocido, como el artista escultor capaz de recuperar el alma existente en cada bloque de mármol.

El artista visualizó el sepulcro del Papa Julio II, como la gran obra de su vida. Y presento el proyecto de una obra piramidal, escalonada, con 3 pisos y 40 figuras escultóricas que él tallaría personalmente. En 1508, Una vez autorizado el proyecto y recolectado el mármol que se utilizaría para la obra, recibió nuevamente el llamado del Papa, quien después de meditar las prioridades en los planes que tenía para la Catedral de San Pedro, honró a Buonarroti sobre todos los maestros pintores de Italia, y le solicitó que decorase el techo pintando a los 12 apóstoles. -

¿Pintando?, ¿Un escultor pintando un techo curvo a 20mts de altura?, ¿Pintando? después de meses de arduo trabajo encontrando las piezas de mármol perfectas para cada personaje atrapado en la piedra inerte, deseando salir a la luz y no poder ayudarlos, porque su nueva tarea era… ¿Pintando?

En 1965 Irving Stone narraría en su novela biográfica “La agonía y el éxtasis”, su visión de cómo se realizo esta magna obra y describe a un Miguel Ángel apasionado, perfeccionista, temperamental, orgulloso, necio y ególatra, elementos que al combinarse, magnificaron su frustración ante tal misión, viviendo una dolorosa agonía ante la tarea que lo alejaría de su preciado mármol.

Esta agonía se ve aderezada por la relación amor-odio-admiración entre Miguel Ángel y el Papa.  Porque claro, ante la asignación de una tarea desagradable, debe de haber una figura de autoridad que te la imponga.

Después de este preámbulo, te dejo mis recomendaciones para sobrevivir a la asignación de tareas indeseadas, que no son otras, que Los 4 Acuerdos de la Sabiduría Tolteca publicados por el Dr. Miguel Ruíz. Me permitiré modificar su orden, con la finalidad de continuar con la historia de Miguel Ángel y sus pinturas.

1.-  "No te tomes nada personalmente". Una de nuestras preguntas favoritas, sobre todo al tratar de victimizarnos es ¿Por qué a mí? Pero, ¿Y si el mundo no estuviera conspirando en nuestra contra, sino en nuestro favor? ¿Y si esa persona que nos asigno esta tarea que odiamos, ve algo que nosotros no estamos visualizando? Tal vez observa nuestro talento, nuestra capacidad, cree que hay alguna lección que debemos aprender, o solo confía en nosotros, tal vez más que nosotros mismos. No dudo que alguna vez en la vida te hayas encontrado con un Papa Julio II, tus papas, algún maestro, un entrenador, un jefe, un amigo, un socio.; alguien que con un interés genuino en tu crecimiento te pusiera una prueba, una perfecta para hacerte descubrir las cosas de las que eres capaz, y que posiblemente, aún no habías descubierto.

2.- "No hagas suposiciones". Una vez superada la idea de que se te asigna, tal o cual tarea como un medio de menospreciarte. PREGUNTA. ¿Para qué? Tener una visión compartida del objetivo al que se quiere llegar, es una de las mejores maneras para inspirarte, expresar tu propia visión y hacer tuyo el proyecto. Te recuerdo que el encargo inicial para el techo de la capilla era el de pintar a los 12 apóstoles. Miguel Ángel  sin embargo, observó un lienzo de 1100 mts2, impropio de la visión del Papa. Le presentó entonces el bosquejo de un proyecto que llenaría de gloria la bóveda de la capilla y que perpetuaría sus nombres para la eternidad. Por supuesto el Papa, no tuvo más que brindarle todo su apoyo, inclusive perdonando todos los desplantes del temperamental artista, lo que me lleva al siguiente punto…

3.- "Sé impecable con tus palabras".  Durante el proceso de enamoramiento para la tarea que te han asignado, puedes experimentar frustración, enojo, tristeza. Si esto te ocurre, no hables. El talento, la experiencia, el conocimiento te dan la oportunidad y el derecho de expresarte, y de señalar aquellas cosas en las que no estás de acuerdo, pero siempre habrá un momento, y medio adecuado para seleccionar las palabras precisas para expresarlo. Si elevas el volumen de tu voz, que sea producto del entusiasmo, y no de la necedad. La obra de Stone, “La agonía y el éxtasis” fue llevada al cine, y no dudo que los diálogos entre el Papa y Miguel Ángel fueran tan acalorados y violentos (Comunicación nula), o tan profundos y enriquecedores (Conversaciones inspiradoras) como los que se muestran en la cinta, que por cierto es maravillosa y altamente recomendable.

4.- "Haz siempre tu máximo esfuerzo". Conforme a la película, la negativa de Miguel Ángel versaba siempre, sobre el mismo tenor – Pero, Santo Padre, yo soy escultor, no pintor- Y entonces el Papa le preguntó - ¿No será que tienes miedo? -

Aún cuando él respondió, - No tengo miedo- Me parece que no decía la verdad.  Y es que, cuando uno es tan perfeccionista, como todo indica lo era él. Claro que tienes miedo, un miedo paralizante ante el fracaso, ante no poder hacer bien las cosas, a que no resulten, a que no sean perfectas. Por eso insistió una y otra vez, que él no era pintor. Inclusive lo dejo por escrito, en sonetos que le escribió a su amigo Giovanni da Pistoia, donde además, describía el dolor y las lesiones físicas que este trabajo le estaban causando…
«Defiende tú ahora, Giovanni, mi muerta pintura y mi honor, pues ni éste se encuentra en buen lugar, ni yo soy pintor».

¿Cómo salvar esta situación? Primero preguntándote ¿Qué haría si no tuviera miedo? Acto seguido, entrégate a la tarea y haz tú mejor esfuerzo. Sé que a veces peco de optimista y te concederé que, bueno sí, existe la posibilidad de que una tarea sea asignada para fastidiarnos. Y si este fuera el caso, no hay mejor respuesta que… Hacer tu mejor esfuerzo. Cuando uno da lo mejor de sí, no hay cabida a la frustración, inclusive si no se logra el objetivo (viene de nuevo mi optimismo), porque las cosas son como son, y si tú diste tu máximo esfuerzo, conserva esa enorme satisfacción.  

¿Será que puedas convertir tu próxima tarea indeseadas, en una obra maestra? ojalá que sí

“Yo proyecté un techo, él proyecto un milagro”
Papa Julio II

Visión alegórica del fresco “La creación de Adán”

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