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Jugando al Teléfono Descompuesto

¿Has jugado alguna vez teléfono descompuesto?  Te apuesto a que sí. Y claro que es divertidísimo observar como el mensaje original se va transformando conforme pasaba de una persona a otra, así como escuchar las nuevas versiones que se fueron inventando unos y otros, hasta que al final, quien da el último mensaje en voz alta y lo compara con el original, suelta una contagiosa carcajada que hace hasta llorar de la risa a algunos de los participantes.

Cuando el objetivo final de esta dinámica es divertirse, el juego es buenísimo. Pero te has puesto a pensar que todos los días estamos inmersos en el mismo juego. Porque a pesar de que comunicarnos forma parte de nuestras necesidades y habilidades más básicas de compartir con otros seres humanos, se ha vuelto en algo tan automático, que pareciera que cualquiera lo puede hacer y sin embargo varios de nuestros mensajes se pierden en el camino, sin llegar a ser comprendidos.

Imagina ahora, que no estás jugando y quieres transmitir una idea, una emoción, un sentimiento, una propuesta… y que la información que deseas compartir es muy importante para ti ¿Te gustaría que el mensaje se perdiera en el camino? ¿Cómo te sentirías si alguien no te escuchara? No estoy segura de cuantos sentimientos pasen en este momento por tú mente, pero estoy segura de que no te daría mucha risa ¿o, sí?

¿Sabes los efectos que puede lograr en ti, tener una buena comunicación? Claro que mejoraría tus relaciones personales con cualquier otro ser humano (Familia, Pareja, Amigos, Clientes, Colaboradores, Compañeros de trabajo, etc.). Pero creo que lo más importante a destacar, es que quien se sabe comunicar, afianza su autovaloración, confianza, autoestima, identidad, autenticidad y libertad. Y como una comunicación es de dos, no solo lograrás estos efectos en ti, sino también en tú interlocutor. 

¿Y cómo podría lograr algo así? Solo tengo una respuesta y todo lo que te diga de manera adicional, se refiere a lo mismo:  “ESCUCHAR EFECTIVAMENTE”

·      Concentrando toda tú atención en la conversación.  Frente a ti está un ser humano con ideas, sentimientos y emociones, que merece tú respeto, tú atención y tú comprensión. No te distraigas con otras cosas, en este momento él y tú están compartiendo algo y no debes permitir que nada se interponga entre ustedes dos.

·      No interpretando lo que el otro dice. No pretendas escuchar, ni escuches solo, lo que tú quieres escuchar. Recibe solo el mensaje que te quieren dar. No hagas suposiciones, no hagas juicios, escucha el mensaje, escucha el mensaje, escucha el mensaje.

·      Capta los sentimientos y emociones que te transmite en su  mensaje, inclusive si permanece en silencio. ¿Alguna vez has escuchado, que inclusive cuando alguien no te habla te está diciendo algo? ¿Qué puedes ver en su actitud? ¿Qué te hace sentir? ¿Qué tono de voz utiliza? ¿Está en un nivel emocional adecuado para escucharte?

·      Asegura la comprensión del contenido. Este es el momento de entendimiento del mensaje. Pregunta, no te quedes con dudas. Parafrasea, cuando repites lo que alguien te compartió, no solo le estas demostrando que escuchaste con atención, sino que tendrás la oportunidad de confirmar la información vertida e inclusive los acuerdos a los que hubieran llegado. Comparte tus puntos de vista, enriquece el proceso de la comunicación.

¿Te has descubierto atrapado en alguna de estas situaciones? ¿Distraído sin poner atención a lo que te están compartiendo, pensando ó haciendo otra cosa, inclusive aunque tú mirada y tus oídos se dirijan a quien te está hablando? ¿Interpretando lo que dice sin escuchar el contenido completo de su mensaje? Cuando alguien te dice que está bien y su tono de voz o la postura de su cuerpo te dice que esta triste ¿Le crees y te quedas satisfecho con su respuesta? Y cuando crees haber ESCUCHADO EFECTIVAMENTE, ¿Te has retroalimentado con tú interlocutor? Todos somos un cumulo de ideas, costumbres, conocimientos, experiencias previas que nos hacen llegar a conclusiones propias; compártelas con quien te transmite un mensaje y asegúrate que entendiste lo que el otro te quería expresar. Esto no implica que estés de acuerdo con él, ni que vayan a tener el mismo punto de vista respecto a algo, me parece que lo enriquecedor de compartir, es poder contar con otra visión sobre un mismo aspecto.

Te confieso con pena, que yo sí me he vuelto inmersa en procesos de mala o nula comunicación. Y reconozco que la comunicación es un espejo, en el que tú recibes, lo mismo que proyectas. Cuando escucho efectivamente, me escuchan efectivamente. Cuando me doy la oportunidad de abrirme y compartir mis sentimientos, genero la confianza para que alguien más me comparta lo que siente, cuando no juzgo, no me juzgan, cuando me comprometo, se comprometen conmigo, cuando sonrío, me sonríen y viceversa.

Hay muchos estilos de comunicación (créeme que antes de exponerte alguna de mis opiniones, confronto mis ideas con otras teorías ya probadas y aceptadas). Y hoy te comparto el Estilo de Comunicación “Asertivo”. Basado en la igualdad y que pretende que todos ganen o que al menos nadie resulte dañado. Exponiendo los siguientes principios:

Nos comunicamos asertivamente cuando…
    • Estamos abiertos a todas las opiniones y las valoramos igual que las propias.
    • Nos respetamos a nosotros mismos y a los demás.
    • Exponemos lo que deseamos con seguridad y confianza.
    • Aceptamos que la postura de los otros, no tiene por qué  coincidir con la nuestra.
    • Afrontamos los conflictos de forma directa, abierta y honesta.

Me comunico asertivamente cuando…
“Trato a los demás, como me gustaría que me tratasen a mi”  
Creo que este es el verdadero secreto para vivir en armonía y mi frase para cerrar el blog de hoy.

¿Existen técnicas verbales asertivas? ¡¡¡Sí!!! Te las comparto en mi siguiente intervención… nos comunicamos en quince días.

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